viernes, 9 de septiembre de 2011

12.- EL ISLAM Y LOS DERECHOS HUMANOS (*)

¿Dónde está el derecho de esta mujer?
La Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma y reconoce la innata dignidad de todos los seres humanos y la igualdad de sus derechos, fundamento de la libertad, de la justicia y de la paz en el mundo.
Occidente y el Islam: Los países europeos, por su tradición y cultura cristianas, están inmersos en la necesidad de afirmar su identidad. El Islam, a través de miles de seguidores, llama a las puertas y, en muchos casos, ya están dentro. El Islam tiene más de 1400 años, pero su actual invasión de algunos países europeos, entre ellos España, le hacen parecer un nuevo fenómeno cuya realidad debemos conocer y analizar para buscar las soluciones adecuadas a una pacífica convivencia y, al mismo tiempo, eliminar las que, procedentes del fanatismo integrista, perturben la paz deseada.

¿Qué es el Islam? El Islam es un libro (el Corán), una ley (la sharia), y una tradición del Profeta (la sunna) que deben ser respetados.
El Islam es una religión con sus propias reglas, principios y exigencias, que conforman la vida política y social de los países musulmanes. El Islam, por ser religión y política, en teoría, es uno; pero múltiple, en la realidad. Así se habla del Islam árabe, iraní, egipcio, marroquí, senegalés, asiático e indonesio y, últimamente, del europeo.
Hubo un tiempo en el que todos los musulmanes estaban unidos bajo la misma ley y guiados por la misma conducta de vida religiosa y política. Hoy, han surgido diversas tendencias (chiitas, sunnitas, ismaelitas) cada una con sus escuelas. Todas se basan en el Corán, en la sharía y la sunna; todas profesan los principios o pilares fundamentales, la oración, el ayuno, la limosna y la peregrinación a La Meca; pero son muy distintas en el modo de aplicar la ley y la tradición.
La falta de jurisprudencia y de una autoridad central propician las interpretaciones más diversas y hasta opuestas de los mismos principios.

¿Qué es un musulmán para el Islam?
El Islam no conoce la palabra persona, usa su sinónimo fard (individuo). El individuo musulmán está integrado en la sociedad islámica y de ella depende, dentro de ella tiene derechos y deberes, que pierde si abandona esa religión, por lo que puede ser condenado a muerte como traidor.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos afirma y reconoce la igualdad en derechos de todos los seres humanos, sin limitación alguna. No así el Islam.
El Consejo Islámico de Europa, organismo que quiere representar a los musulmanes residentes e inmigrantes en Europa, ha propuesto su propia Declaración de los Derechos Humanos en el Islam. Claro que al poner la coletilla “en el Islam", se refiere sólo a los derechos del hombre musulmán exclusivamente.
En coherencia con esta doctrina, todos los no musulmanes son infieles que carecen de derechos en los países islámicos y deben ser combatidos.
Consta de un preámbulo y 23 artículos. Considera los siguientes derechos: a la vida, a la libertad, a la igualdad, a la justicia, a la libertad de pensamiento, de creencia y de palabra, a la libertad religiosa, a abrazar el Islam, a hacer conocer su mensaje, a fundar una familia, a cambiar de residencia y a emigrar. Reconoce el derecho de la mujer casada.
Todos estos derechos, teóricamente reconocidos, en la práctica están supeditados a la edificación de la sociedad islámica. Por eso, al musulmán no se le reconoce el derecho a cambiar de religión (¿dónde está entonces la proclamada libertad religiosa?), todo musulmán tiene la obligación de hacer llegar a todos los seres humanos la invitación a convertirse al Islam.
Los musulmanes auténticamente religiosos son personas dignas, generosas, trabajadoras, capaces de servir a la sociedad en la que viven. Hasta suscitan nuestra admiración y respeto por sus valores sociales de solidaridad y de hospitalidad.

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