No es un título para llamar la atención, es algo real como la vida misma. Aunque no guste oírlo ni decirlo, en la viaja Europa, tiene más entidad el mundo islámico que el paganismo emprendido por muchos dirigentes europeos.
A lo largo de este artículo intentaré dar los
argumentos en que se basa mi pronóstico: EUROPA
CAMINA HACIA EL ISLAM.
PRIMERO: La bajada de la población autóctona
europea
¿Cómo será la población de Europa
dentro de treinta años?
Para preveerlo se utiliza la
llamada tasa de natalidad.
La tasa de natalidad estimada
necesaria para mantener la población es de 2,1 hijos por mujer; pues bien, la
media de la Unión Europea es de 1,4, es decir, SIETE DÉCIMAS MENOS. En España
la tasa de natalidad es de 1,1; UN PUNTO MENOS.
¿Qué significa esto?
A.- Que la población autóctona
europea no puede asegurar el relevo generacional.
B.- Que Europa necesitará, cada año, más mano de obra para cubrir
los puestos de trabajo que no podrán ser cubiertos con población autóctona
porque ésta no será suficiente.
C.- Que la
bajada de población autóctona se compensará con la subida de población inmigrante
procedente de Europa del Este, de Sudamérica y, fundamentalmente, de musulmanes
del Norte de África, de Turquía, de Oriente Medio o Pakistán, con los que
cubrirá los puestos de trabajo.
SEGUNDO: El
crecimiento de la población musulmana
Los inmigrantes musulmanes vienen a Europa,
en una mayoría aplastante, por motivos económicos y algunos por motivos
políticos. A los 44 millones que ya están aquí hay que añadir los que llegan
todos los días, en número creciente y por todos los medios.
No se sabe, a ciencia cierta,
el % que vienen para quedarse y el que lo hacen con intención de ganar un
dinero y volverse a su país. Hoy por hoy, parece que en su gran mayoría vienen
para quedarse.
Según datos de la oficina comunitaria
de estadística Eurostat, los países más
receptores son Alemania, Francia, Suecia, Reino Unido y Bélgica, que recibieron
al 70 % de los demandantes de asilo en 2012.
La
comparación de las tasas de natalidad
entre las poblaciones autóctona y musulmana es muy favorable a la musulmana. He aquí una proyección comparativa, en seis países, hasta el año 2050.
TERCERO: El nulo interés de los
musulmanes por integrarse en la sociedad europea.
Los inmigrantes musulmanes carecen de afecto
hacia los países que los acogen. Desde su entrada en suelo europeo, son
controlados por una red de imanes.
Cerrados en sí mismos, no aceptan las leyes
de los países de acogida contrarias a la forma de vida impuesta por los imanes,
opuesta, en muchos casos a los Derechos Humanos.
El Islam, en sí mismo, es una religión-política
o una política-religión; tanto monta, monta tanto. En el Islam, no se puede,
hoy por hoy, separar el Corán y la Autoridad Gubernamental, de ahí que, en los
mismos países islámicos, incluso en los más moderados, sea imposible la
secularización de la vida cotidiana.
Esta fusión entre la religión y la política
hace que el musulmán nazca musulmán y muera musulmán, lo que no tendría mayor relevancia
si no fuese por ser impuesto. El musulmán jamás se secularizará. Si alguno llega
a renegar del Islam hasta puede ser condenado muerte.
En el Cristianismo hay que bautizarse para adquirir la condición
de cristiano y se puede renegar de las fe sin sufrir ninguna merma en los
derechos civiles; en el Islam, basta con nacer de padres musulmanes para ser
musulmán.
CUARTO: La conquista incesante de
nuevos espacios por la población musulmana.
En todas las naciones europeas existen
múltiples mezquitas, construidas con los petrodólares de Arabia Saudí.
En diversas partes de Europa proliferan las
mezquitas ubicadas en antiguas iglesias cristianas, reflejando el auge del
Islam como la religión de mayor crecimiento en Europa.
Este hecho va a seguir creciendo porque la
población cristiana está envejeciendo a pasos agigantados y no se produce el
relevo generacional porque la mayor parte de la juventud cristiana ha desertado
de la Iglesia y, tal vez, de la fe.
Mientras tanto, los musulmanes a lo suyo:
Iglesia vacía, iglesia convertida en mezquita.
En Alemania, unas 400 iglesias católicas y
100 protestantes ha cerrado en lo que va de siglo y otras 700 lo harán en los próximos años. Por el contrario, hay
unas 200 mezquitas oficiales, 2600 salas de oración y una cantidad no
controlada de mezquitas no oficiales.
En Francia, hogar de la mayor comunidad musulmana
de Europa, durante los últimos diez años, se ha llegado a 2.000 mezquitas.
Dalil Boubakeur, rector de la Gran Mezquita de París, ha pedido que se debe
llegar a 4.000 mezquitas para satisfacer la creciente demanda.
En Gran Bretaña. El Islam supera al
anglicanismo como religión dominante, por lo menos en lo que se refiere a la
asistencia al culto.
Según una encuesta, 930.000 musulmanes
asisten semanalmente a un lugar de culto, mientras que los anglicanos lo hacen
916.000.
Mientras tanto, los musulmanes, los viernes
ocupan barrios, plazas y calles para hacer su oración en público. Es una forma sistemática de presionar a las
autoridades para obtener licencias de nuevas mezquitas.
Han cambiado mucho
las formas de actuar.
En tiempo del Imperio Bizantino, los diversos
califas, apóstoles de Mahoma, no predicaron el Corán en calles y plazas, sino
que cogieron sus espadas, subieron a sus caballos y cargaron contra los
cristianos y los persas.
Así lograron la destrucción masiva de
ciudades, naciones y civilizaciones. Su lema: “conversión al Islam o muerte”,
funcionó a la perfección durante varios siglos, de tal modo que podemos afirmar
que el Islam sólo tuvo éxito por medio
de la yihad.
QUINTO: El desinterés de los gobiernos europeos para
profundizar en la identidad de Europa que contrapese la identidad musulmana. Los
políticos, y especialmente los pensadores, tienen la gran tarea de pensar y redefinir
la identidad europea.
Ver mi artículo La identidad europea
Ver mi artículo La identidad europea
No hay comentarios:
Publicar un comentario