La joven Gulnaz |
Gulnaz tenía 19 años cuando fue violada por el marido de su prima y quedó embarazada.La Justicia afgana, inicialmente la condenó a dos años de prisión, pero tras apelar su sentencia la condena fue ampliada a 12 años y, posteriormente, reducida a tres años. ¿Cuál fue el “delito” de Gulnaz? Haber sido violada.
En cualquier país donde impere la verdadera
justicia, el delito lo comete el violador y no la víctima de la violación.
Esto no es así en Afganistán (y en muchos países
musulmanes), allí tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, aunque no sean
consentidas sino forzadas, como es la violación, es un delito de la víctima. Si
el violador está casado, como era el caso, es la mujer violada la
que comete adulterio. El violador no sólo se va de rositas sino que puede
ampliar su número de esposas si la violada acepta casarse con él “para ocultar
su infamia”.
Una vez más aparece clarísima “la igualdad
entre el hombre y la mujer” en la sharía o ley musulmana.
Cuando Gulnaz no pudo ocultar su embarazo,
confesó lo ocurrido, denunció la violación y terminó con sus huesos en la cárcel
de Badam Bagh de Kabul, donde ha dado a luz una niña.
Gulnaz ha tenido la suerte de poder aparecer
en la televisión estadounidense CNN y difundir su testimonio: “Tenía una ropa
mugrienta que usa para el trabajo, en la construcción. Cuando salió mi madre,
entró él en mi casa y cerró las puertas y ventanas. Yo empecé a gritar, pero me
hizo callar tapándome la boca con la mano”.
Las
consecuencias fueron inmediatas.
“Me preguntaron si quería empezar una nueva
vida y ser liberada, casándome con ese hombre. Mi respuesta fue que ese hombre
me deshonró”.
La justicia afgana afirmó que la dejaría en libertad si se casaba con su violador. Según la ley, ésta es la única manera de “ser perdonada, redimir su pecado y restaurar su honor".
Ese
es el futuro desolador de esta joven afgana, casarse con su
violador o ver cómo su bebé crece en la cárcel. Y Gulnaz
está dispuesta a casarse para salvar a su hija.
El violador dice que “su familia la
matará en cuanto pise la calle, por la deshonra que ha supuesto”.
El presidente afgano, Hamid Karzai, por la gran
presión internacional, ha ordenado la liberación de Gulnaz, tras acceder ésta a
casarse con su violador. Los responsables judiciales consideran que es lo
mejor para garantizar su seguridad tras su liberación por el estigma
que padecen las mujeres víctimas de violaciones en el país.
Gulnaz fue liberada de la cárcel el uno de
diciembre de 2011. El día siguiente empezó el que será su martirio de por
vida: esperar acontecimientos y malvivir junto a su violador.
Esa
es la justicia afgana. No debe extrañarnos si tenemos en cuenta el concepto
islámico fundamentalista sobre la mujer. La mujer es un objeto y sólo se
consiente su existencia para disfrute del hombre. Así se dan la
compra-venta de mujeres para el matrimonio, las bodas infantiles o forzadas,
las violaciones y el "baad" (regalo de una mujer para resolver una
disputa familiar).
Y
esto no es exclusivo de Afganistán. Sucede igual en otros muchos países islámicos.
Y aún peor, si cabe, en los más fundamentalistas se llega a condenar a muerte,
por lapidación, a la mujer violada.
¿Cuántas mujeres, víctima de
violaciones, están entre rejas en los países musulmanes? Sólo Dios lo sabe.
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