Las
suras primeras revelan
una concepción primitiva de la divinidad cuyo poder se invoca en
nombre de la comunidad, y se espera salve y guíe, a cambio de
expresiones de gratitud y promesas de culto. Así se establecen
relaciones de proximidad y confianza con ella. Nada
en estas relaciones puede desencadenar la confrontación con la
religión tradicional de la comunidad.
En esta fase, no se encuentra, en ningún caso, la presencia de un monoteísmo.
En esta fase, no se encuentra, en ningún caso, la presencia de un monoteísmo.
El
escritor del Corán (o los autores posteriores, como rapsodas, que
componen en su nombre) ha vivido los cuarenta primeros años de su
vida aceptando las normas de este sistema
denominado “pagano”, en
el cual ha plasmado los elementos de su doctrina, como su dios, y
finalmente se ha levantado contra él, algunos años más tarde.
Por
estas razones se
encuentra en su Corán lo esencial de las potencias divinas, de las
creencias y rituales anteriores, aunque modificadas de manera tan
pequeña que sólo se encuentran las bases del sistema anterior. La
cosa es indiscutible en cuanto a los ritos. Pero es necesario tener
el valor de afirmarlo y admitirlo también respecto a las
concepciones de lo divino.
Desde
que se emprende, el esfuerzo de unicidad, queda invalidado por
las letanías de las atribuciones, la delegación de poderes en otras
potencias, los detalles de su aparición material y la duda en la
terminología; testigo irrefutable es la vacilación,
prolongada durante varios años, entre las palabras, ALLAH,
RAHMAN, RABB.
En
ese caso, la tesis que declara que el Islam, tal como Muhammad lo
constituyó, es inmediatamente un monoteísmo, es una impostura, una
cobardía y una sumisión a las conclusiones de autoridades
teológicas lejanas, arbitrarias y autoritarias.
Tres
divinidades - ALLAH, RAHMAN, RABB-, de naturaleza y de origen muy
diferentes, se mencionan una tras otra.
Rabb:
" El Señor".
El
nombre de Allah está ausente, es sustituido por el más tradicional
de “Señor”.
"Los
Árabes llaman rabb, señor a aquel a quien se obedece un sayyid, es
decir, un amo, un jefe o un príncipe. También Rabb es un hombre que
arregla o mejora un asunto, alguien que posee una cosa y que es su
dueño es también el Rabb de esta cosa". (Tabari,
Tafsir de 1,1)
El sentido de la palabra “Rabb”.
"Rabb
es el propietario que tiene toda autoridad sobre su propiedad. Rabb,
a nivel lingüístico, significa que es el amo o el que tiene una
autoridad. Todos estos sentidos son correctos para Allah. Cuando está
solo, la palabra Rabb se utiliza solamente para Allah…"(ibn
Kathir, Tafsir 1).
El
señor de la
casa
El
señor de la Casa”(1), visto aquí como protector de
las caravanas: este título es seguramente el más cercano a la
realidad de culto. Se puede encontrar la confirmación en el tema
general de este corto extracto coránico, y en su fecha muy antigua.
Esta formulación se extiende a través de toda el versículo del
Corán 20/65, la divinidad extiende su territorio hacia los
alrededores de La Meca, el territorio sagrado.
"…
debido al pacto (2)
de
los Quraysh, de su acuerdo sobre las caravanas de invierno y verano.
¡Adoran al señor de este templo que los protegió contra el hambre
y les puso al abrigo del temor!" (Corpus
coránico d' Othman 106)
Rahman,
el Misericordioso.
Es
el nombre tradicional de Yahvé entre los Judíos de Arabia. No es
pues popular en La Meca. En este extracto coránico, Muhammad cayó
en una incongruencia teológica, dando la elección de honrar a dos
dioses.
“Dí:
¡Rogad a Allah o rogad a Rahman! A cualquiera que roguéis, posee
los nombres más bellos. En tu rezo, no hables en voz alta ni en voz
baja, busca entre las dos el justo medio.(Corpus
coránico d' Othman 17/110).
(1) El templo es considerado como la casa de dios.
(2) Que garantizaba el paso a través de Arabia
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