Originarios
del Magreb envían al hospital a dos nativas holandesas que se adentraron en una
“no-go area, o zona donde los seguidores del “Profeta” ejercen su jurisdicción.
Hace unos días en la multicultural ciudad holandesa de Hilversum, dos seguidores marroquíes del Mensajero de Alá exigieron a dos nativas cigarrillos, pero como las autóctonas, de 18 y 15 años de edad, hicieron caso omiso al torpe requerimiento fueron severamente corregidas por ambos muslimes, que ya fortalecidos por el consumo de cuscús al haber roto el ayuno ramadánico hicieron descender sobre las personas de las infelices infieles patadas, manotazos y puñetazos.
Las mozas, a consecuencia del acto de enriquecimiento intercultural, fueron trasladadas a un centro hospitalario, donde todavía permanecen maltrechas y cubiertas de hematomas. La agresión se produjo al caer la noche, puesto que durante el Ramadán los secuaces de Mahoma no pueden albergar pensamientos impuros, comer, manosear las partes pudendas con ánimo lúbrico, fumar, proferir dicterios o apalear a los despistados viandantes que transitan por una “no-go area” mientras hay luz solar.
El incidente tuvo lugar en un distrito de Hilversum en el que abundan bares, restaurantes, centros de ocio y asaltos mortales. En mayo, un sueco de 30 años murió tras ser linchado por una caterva de marroquíes; en abril, unos adolescentes marroquíes apalearon a dos holandeses que debieron ser hospitalizados…
En Holanda, el cineasta Theo Van Gogh murió apuñalado a manos de un marroquí, y la ex diputada holandesa Ayaan Hirsi Alí ha huido de un país que es incapaz de proteger su vida. Y todavía se preguntan algunos por qué tiene éxito el partido de Wilders.
Hace unos días en la multicultural ciudad holandesa de Hilversum, dos seguidores marroquíes del Mensajero de Alá exigieron a dos nativas cigarrillos, pero como las autóctonas, de 18 y 15 años de edad, hicieron caso omiso al torpe requerimiento fueron severamente corregidas por ambos muslimes, que ya fortalecidos por el consumo de cuscús al haber roto el ayuno ramadánico hicieron descender sobre las personas de las infelices infieles patadas, manotazos y puñetazos.
Las mozas, a consecuencia del acto de enriquecimiento intercultural, fueron trasladadas a un centro hospitalario, donde todavía permanecen maltrechas y cubiertas de hematomas. La agresión se produjo al caer la noche, puesto que durante el Ramadán los secuaces de Mahoma no pueden albergar pensamientos impuros, comer, manosear las partes pudendas con ánimo lúbrico, fumar, proferir dicterios o apalear a los despistados viandantes que transitan por una “no-go area” mientras hay luz solar.
El incidente tuvo lugar en un distrito de Hilversum en el que abundan bares, restaurantes, centros de ocio y asaltos mortales. En mayo, un sueco de 30 años murió tras ser linchado por una caterva de marroquíes; en abril, unos adolescentes marroquíes apalearon a dos holandeses que debieron ser hospitalizados…
En Holanda, el cineasta Theo Van Gogh murió apuñalado a manos de un marroquí, y la ex diputada holandesa Ayaan Hirsi Alí ha huido de un país que es incapaz de proteger su vida. Y todavía se preguntan algunos por qué tiene éxito el partido de Wilders.
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